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Wednesday, October 11, 2006

Nuestros Ancianos

11 de octubre de 2006
Querido JAVIER

Acaba de salir para Madrid el P. Miguel. Le despedí con pena. Me dijo había recibido unos versos que me pidió, le copiara de Teresa de Jesús, que iluminan y serenan.

Mi idea era aprovechando dos fotos del OTOÑO, que encontré y me impactaron enviar un correo-e a los ESCOLAPIOS JUBILADOS para darles un empujón sobre el OTOÑO de sus vidas, pero en estos veinte o treinta días, el P. Miguel que lleva más de un año, como tu bien sabes, luchando contra un cáncer, se nos ha venido abajo. No obstante el cosmos y la vida son tan infinitamente complicados, que no hay parámetros para medir sus fenómenos inconmensurables. Mejor es ver…

Te envío lo que he escrito para Escolapios jubilados y para el P. Miguel, que nos sirve de motivación suplementaria, pero él ya no llegará a leerlo. Nosotros sí. Y pienso más en nosotros que en él, que solo nos queda decir juntos: FIAT VOLUNTAS TUA.

Hace solo cuatro días, que tuve un momento a solas con él, le anime: Miguel, lo mejor para ti y lo más acertado, que no te equivocarás, es tener los sentimientos de Teresa de Jesús, cuando las cosas se ponen torcidas. Y le recite aquellos versos, que sé de memoria: “Dame vida, dame muerte… Y al día siguiente me pedía se los copiara…

Saludo cordial. Únete a la cadena de plegarias.


Un abrazo.
Edu, piariste


¨EL OTOÑO DE LOS ESCOLAPIO ¨JUBILADOS¨


Estáis en la edad de ORO, que es lo que más vale.

OTOÑO Y ORO.
El OTOÑO también es oro.>

Y tú estás ya vestido de OTOÑO Y ORO,
como el mejor torero,
dando tu pase de pecho,
envuelto en verónicas y molinetes.

Sois el mayor valor en bolsa de la Escuela Pía, que aun no ha descubierto, como les ocurre a las demás familias religiosas, el valor real que encierran en los activos de sus Comunidades.

Son dividendos que está perdiendo la Iglesia, porque aun no se ha encontrado, ni surgido el profeta que nos lo desvele, nos lo aclare y nos lance a la explotación de esa mina de valores auténticos de SABIDURÍA - CULTURA y SANTIDAD de miles de RELIGIOSOS JUBILADOS, que muchos de ellos están simplemente “aparcados”, porque en este momento es difícil saber qué hacer con ellos, con todo lo que ha costado a ellos y a las Familias Religiosas, llevarlos y llegar al nivel de riqueza humana y religiosa, que poseen y a la que han llegado.

Es un OTOÑO sin PROFETAS.
Pero ya es un buen síntoma esta preocupación que se va despertando en la Iglesia con tanto jubilado.


EL OTOÑO, es la estación de los FRUTOS.
Por eso estáis JUBILOSOS, ESCOLAPIOS JUBIILADOS,
por los muchos frutos almacenados a lo largo de vuestra vida.
Antes es imposible jubilarse.

Habría suspensión de trabajo, pero sin “júbilo”. Porque faltaría lo que tú tienes ahora en y con el OTOÑO de tu VIDA

Tú, ESCOLAPIO JUBILADO, ahora estás lleno del oro de la:
SABIDURÍA,
que se ha desarrollado en ti, por y con la experiencia de tu vida,

la CULTURA,
acumulada tras muchas horas de estudio y de lecturas, de exámenes como cualquier alumno y de trabajos mil.

y de la SANTIDAD,
con la que hoy te revistes, con tu fidelidad, después de tantas luchas de fe, de convivencia, de desesperanzas y desilusiones… tú lo sabes bien, porque es tu vida, revestida de pobreza, castidad, obediencia y de enseñanza escolapia.

No me seas modesto y hasta algo incrédulo, que de todo esto, de todos estos valores y virtudes, tienes algo, bastante, mucho o estás rebosando.

A tus treinta, cuarenta o cincuenta años, aun casi no los habías probado y de muchos, ni sabías que existían.

A mis 35 años, pregunté en una reunión, al P. Manuel Fidalgo, que ya podía ser mi abuelo: ¿Le gustaría tener mis años?

Me miró con una mirada pícara, complaciente y cómplice a la vez; y respondió: Claro que me gustaría tener 35 años, pero con una condición fundamental: SABIENDO TODO LO QUE SÉ Y TODO LO QUE CONOZCO DE MI Y DE LA VIDA.
Ahora lo comprendo:los años no valen.
Lo que vale es lo que has vivido con ellos.

ESCOLAPIO JUBILADO,
llénate de gozo en tu OTOÑO, cuanto más ocre y rojizo, mejor, porque tu tesoro está en tu SABIDURIA, CULTURA y SANTIDAD.

Los años que tienes no cuentan, ni tienen importancia en este cómputo del OTOÑO, ni cotizan en bolsa.
Es TU OTOÑO
Se viste de ocre rojizo,
como el oro viejo,
con amarillos dorados.

EL OTOÑO es:
policromía armoniosa de colores cálidos y maduros.
Los árboles se visten de oro y rojos de fuego.
Hojas y frutos, no se camuflan en una masa uniforme,
sino que se perfilan sus siluetas, sus formas y matices singulares.
Cada uno es cada uno.

El OTOÑO es
tiempo de verdades.
Tú eres tú y no se te confunde
con otro, ni con la masa, aunque el otro y la masa te hayan acompañado en tu proceso de trasformación y cambio.


El OTOÑO es
un grito de la naturaleza para renovarse.
Lo hecho, hecho está, lo mejor y lo peor, pero la naturaleza quiere lo mejor y aun mucho mejor y admite la muerte aparente, buscando otra oportunidad.

Y tú, Escolapio Jubilado, lleno del oro de tu OTOÑO,
sientes y entiendes el grito, hecho plegaria y pensamiento esperanzado de Martín Descalzo pocos días antes de abrir el “gran portalón”: Vio la LUZ
Y entonces vio la luz. La luz que entraba
por todas las ventanas de su vida.
Vio que el dolor precipitó la huida
y entendió que la muerte ya no estaba.

Morir sólo es morir. Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.

Acabar de llorar y hacer preguntas;
ver al AMOR sin misterios ni espejos;
descansar y vivir en la ternura;
tener la paz, la luz en casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la Eterna - Luz tras tanta noche oscura.

José Luis Martín Descalzo.

Nuestro hermano Miguel González Pérez
está viviendo su OTOÑO,
y quiere dejar “tanta noche oscura”

Solo os pedimos os unáis con la Luz de vuestra vida, hecha de plegaria y trabajo escolapio, a la de nuestra Comunidad “extendida” de Santander, con el P. Provincial a la cabeza, cuidando los detalles.

Miguel no está en condiciones de mirar el Power-Point adjunto
ni de leer nuestra suplica a vosotros hermanos escolapios.
Solo espera y cree en vuestra plegaria sentida.

Juntos todos rezamos;
“Fiat voluntas tua sicut in coelo et in terra”
y escuchamos el eco de la voz de Calasanz, que nos acompaña entre bastidores:
“Dios me lo dio; Dios me lo quitó. ¡Bendito sea su santo nombre!”

Y se fue con Dios en unos pocos momentos.

Edu, escolapio

Agradezco al sacerdote Manuel Millán Madrid, educador y coadjutor en Ojíjares (Granada)su colaboración como artista y técnico en el Power - Point adjunto. (se encuentra en este archivo)

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